De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) el agua dura no genera ningún efecto negativo en la salud humana, pero sí que lo hace en el funcionamiento del equipo que te ayuda a hacer tu vida más práctica.
Nos referimos a la molestia e incomodidad que te genera que electrodomésticos como la lavadora no funcione bien o se averíe, o cuando encuentras manchas blancas en los grifos y áreas de lavado que, aunque te esfuerces, no logras identificar exactamente cómo se produjeron.
En general, el agua doméstica debería ofrecer como máximo un aporte de 20 miligramos por litro de sodio y 50 gramos de magnesio. Exceder estos límites podría representar riesgos sanitarios.
Aún existe mucha controversia con respecto a qué problemas puede causar el agua dura en la salud de las personas, algunos expertos argumentan que puede provocar enfermedades cardiovasculares, cálculos renales, diabetes y otros problemas graves, mientras que algunos estudios realizados por expertos en la materia aseguran que no existe ningún inconveniente.
Lo cierto es que, aunque sea en menor medida o no ameriten ser catalogados como enfermedades, la dureza del agua tiene efectos sobre el cuerpo humano, principalmente en la piel, dado que tiene contacto directo con el agua.
Entonces: ¿Qué efectos puede tener el agua dura en la salud? La presencia de poca o mucha cantidad de carbonato cálcico afecta las propiedades organolépticas del agua. Los valores de este compuesto en aguas potables deben estar entre los 10 y los 500 mg por litro. La Organización Mundial de la Salud establece valores tolerables para el consumo que van desde los 100 hasta los 300 mg por litro; aunque específica que existen personas que pueden tolerar valores superiores a los 500 mg y otros que prefieren, sin inconvenientes agua con valores por debajo de los 100 mg.
Una de las enfermedades que se asocia con la dureza del agua, aunque continúa en investigación, son los cálculos renales. La revista International Journal of Preventive Medicine, publicó en el año 2013 un estudio en el que obtuvo como resultado que, para ese entonces, no se habían encontrado suficientes datos que permitieran establecer una relación entre la dureza del agua y la aparición de cálculos renales.
Incluso, establece la teoría de que los pacientes con este padecimiento (cuando es de origen desconocido) podrían ser provocados por la falta de consumo de agua dura.
La Organización Mundial de la Salud defiende el consumo de aguas duras ricas en calcio y magnesio con el argumento de que pueden prevenir episodios de osteoporosis y dolencias cardiovasculares y que, por el contrario, el alto consumo de aguas blandas podría ser negativo para el equilibrio mineral del organismo.
En todo momento, debes tener presente que estas afirmaciones no están apoyadas por la totalidad de la comunidad científica, pues las investigaciones que se han realizado desde el 2013 no han sido concluyentes hasta el día de hoy.
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