Contar con la posibilidad de almacenar agua es fantástico, particularmente en zonas donde este líquido vital es escaso o de difícil acceso. Sin embargo, para garantizar la salud de los usuarios del agua, ésta debe almacenarse bajo estrictas normas, pues de lo contrario podría convertirse en un peligro para la salud.
Evítalo siguiendo algunos consejos básicos para almacenar agua de forma segura:
- Elige el contenedor adecuado: Con adecuado, nos referimos a la eficiencia en la entrega y a la conservación de la calidad del líquido que se almacena y transporta en el interior del contenedor, pudiendo ser un tanque o cisterna. Verifica que tu dispositivo cuente con la capacidad de almacenamiento que requieres, que esté fabricado con materiales y mecanismos de alta calidad, y que la instalación pueda realizarse sin contratiempos, para evitar posibles daños, fugas o desgaste prematuro. Es altamente recomendable seleccionar tanques de polietileno de alta resistencia para el almacenamiento de agua, pues se trata de depósitos que además de estar disponibles en varios tamaños, cuentan con un sistema eficiente de vaciado y decantado. Los tanques de agua de plástico incluyen sistemas de refrigeración como la prevención de la penetración de los rayos UV.
- Limpia los dispositivos de almacenamiento de agua antes de llenarlos: Cuando dependes del tanque de almacenamiento para el suministro de agua, es una buena idea desinfectarlos antes de llenarlos y rellenarlos.
- Instala tus tanques de agua en un área fresca: La luz y el calor favorecen el crecimiento de algas y de bacterias que debes evitar, en la medida de lo posible. Los revestimientos negros en los tanques de polietileno evitan el crecimiento de algas, pero para ayudar con esto, es mejor instalar el tanque en un área lo más fresca y oscura posible. Además, deben mantenerse alejados de sustancias como la gasolina, queroseno, pesticidas o sustancias similares que podrían penetrar las paredes del tanque.
- Reemplaza el agua almacenada de manera periódica: Aunque es poco común, dado que las familias mexicanas suelen emplear sus reservas de agua durante las actividades cotidianas, el agua almacenada correctamente puede durar años. Pero, para que así sea, es importante asegurarse de que el líquido permanezca fresco, por eso, es recomendable reemplazar el agua que no se utilizó, por lo menos una vez cada año. Puedes emplear el agua vieja para regar plantas o jardines.
Es importante que todos los involucrados en el abasto y uso del agua, sepan cómo manejar el tanque de almacenamiento, y los cuidados que éste debe recibir. Exponer el agua a un mal manejo puede causar que pierda su calidad, que se contamine y que se desarrollen bacterias y virus al interior del tanque, lo cual representa un grave peligro para los consumidores del agua almacenada.
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